Los siete grandes rasgos que debe tener un Grupo de Ayuda Mutua para tener éxito son:
- Un trabajo de interés común, es decir, compartir una causa común.
- Un lugar en el que reunirse semanalmente para discutir los informes de progreso, reflexionar sobre los resultados alcanzados y realizar formaciones periódicas.
- Un facilitador de Grupo de Ayuda Mutua que realice visitas de supervisión in situ para controlar el progreso del trabajo de los Grupos de Ayuda Mutua e impartir formación semanal a sus miembros.
- Reciprocidad, es decir, que un miembro del grupo devuelva una acción positiva en respuesta a una acción positiva recibida de otro.
- Integridad, es decir, ser completamente honesto en todos los aspectos de la vida y hacer lo correcto dondequiera que uno se encuentre, sin importar quién esté mirando, e incluso cuando nadie esté mirando.
- Solidaridad, significa tener un vínculo social de compromiso y dependencia mutua dentro de un grupo que comparte una causa común, con la conciencia y la voluntad añadidas de asumir y compartir los beneficios y los riesgos de forma plena y completa.
- Respeto, significa valorar a otra persona, tanto sus palabras como sus acciones, aunque no aprobemos o compartamos todo lo que dice o hace. A menudo, se demuestra el respeto cuidando las cosas, tanto materiales como inmateriales.
